Premio al compromiso medioambiental 2019 para Reinhard Schneider
Alegría compartida por el premio Deutscher Umweltpreis (de izquierda a derecha): Judith Rakers, moderadora, Alexander Bonde, secretario general de la DBU, Prof. Dra. Ingrid Kögel-Knabner, galardonada, Frank-Walter Steinmeier, Presidente de Alemania, Reinhard Schneider, galardonado, Rita Schwarzelühr-Sutter, presidenta del patronato de la DBU, y Franz Untersteller, ministro de Medio Ambiente de Baden-Württemberg. © DBU/Peter Himsel
Generar interacciones positivas mañana con las decisiones valientes de hoy
Mannheim. Frank-Walter Steinmeier, actual Presidente de Alemania, ha pedido a los ciudadanos que sean valientes con las decisiones que toman hoy para poder generar las interacciones positivas que se necesitan para la defensa del clima y del medio ambiente mañana. «El futuro no está escrito. Dependerá de nosotros cómo acabe siendo», declaró el presidente con motivo de la entrega del premio Deutscher Umweltpreis en Mannheim concedido por la fundación alemana para el medio ambiente DBU. «El envase de plástico que hoy se recicla o que ni siquiera se fabrica no acaba mañana en los océanos de nuestro planeta. Acaba regresando a un ciclo cerrado de materiales. El suelo que hoy protegemos de la erosión absorbe el carbono, por lo que mañana puede acabar alimentando a la población como tierra de cultivo.» Steinmeier entregó el galardón —que con 500.000 euros es el premio medioambiental independiente mejor dotado de Europa— a la científica del suelo Prof. Dra. Ingrid Kögel-Knabner, de la Universidad Técnica de Múnich, y al empresario Reinhard Schneider, de la empresa Werner & Mertz, con sede en Mainz.
Entender la transición ecológica como una oportunidad para Alemania
Delante de unos 1.200 invitados – entre ellos el ministro de Medio Ambiente de Baden-Württemberg, el señor Franz Untersteller – Steinmeier alabó la valiente contribución de los premiados a la hora de concienciar y motivar sobre temas medioambientales mostrando soluciones innovadoras y las oportunidades que la transición ecológica conlleva para Alemania. «Como inventores e ingenieros, como científicos o empresarios, encontrarán nuevas formas de hacer las cosas», afirmó Steinmeier en su discurso. El Presidente de Alemania remarcó el ejemplo que supone la Prof. Dra. Ingrid Kögel-Knabner para las futuras generaciones de científicos, dado que ha sido capaz de encajar la pieza del uso del suelo en el puzzle general: el clima global y «los cambios alarmantes que se están produciendo». Y es que no solo las fábricas y las centrales eléctricas son las causantes del cambio climático: también los usos del suelo están reduciendo su capacidad de captar y retener carbono. En función de cómo el hombre utilice el suelo, acelerará o frenará el cambio climático. Meses de sequía, lluvias torrenciales, inundaciones, tormentas devastadoras … Todos estos fenómenos empiezan a ser el pan de cada día en muchos países del sur. También en Europa los veranos son cada vez más calurosos. Según Steinmeier, la investigación que está llevando a cabo Ingrid Kögel-Knabner es extremadamente importante porque la ciencia del suelo puede ayudar a los agricultores a preparar sus campos para afrontar estas condiciones extremas.
Procesos y productos totalmente orientados a la sostenibilidad
En el caso del otro galardonado, Reinhard Schneider, el Presidente de Alemania alabó el rol pionero que este empresario ha desempeñado siempre en temas de sostenibilidad, mucho antes de convertirse en una tendencia mundial. Según Steinmeier, a lo largo de los años este empresario ha demostrado una y otra vez que las empresas pueden ser rentables y ecológicas al mismo tiempo y que ello, de hecho, puede otorgar una ventaja competitiva clave, como es el caso de Werner & Mertz. «Esta empresa ha diseñado todos sus procesos y productos para ser totalmente sostenibles», remarcó Steinmeier durante su discurso. Esto significa, por ejemplo, que los tensioactivos que utiliza presentan un alto grado de biodegradabilidad y que sus envases están hechos de plástico reciclado. Si los consumidores fueran más críticos con los productos que se encuentran en las estanterías de los supermercados, la presión sobre los fabricantes para que sean más sostenibles crecería exponencialmente, según Steinmeier Esto no significa, naturalmente, que los políticos no tengan la obligación de intervenir mediante regulaciones específicas allí donde el mercado está haciendo poco o absolutamente nada para proteger el clima y el medio ambiente. Según Steinmeier, la transparencia, la protección del consumidor mediante sellos de calidad, unos precios que reflejen realmente el coste medioambiental del producto y, en caso necesario, las prohibiciones legales son medidas imprescindibles en este contexto.
Cientos de miles de jóvenes ya están marcando la diferencia
El jefe del Estado señaló que nunca antes la protección del clima, del medio ambiente y de la biodiversidad había sido tan importante para la sociedad como lo es ahora. «El activismo ecológico y social de cientos de miles de jóvenes está marcando ya una diferencia y ha dado un enorme impulso a las políticas medioambientales y climáticas», afirmaba Steinmeier. «Este movimiento juvenil ha recordado a Alemania la energía y la ambición que tiene este país, las fuerzas sociales y tecnológicas que han surgido en torno al clima y al medio ambiente y la contribución que Alemania debe al mundo. Nos ha recordado los grandes objetivos que la comunidad internacional se ha marcado por medio de tratados y convenios de alcance global. Las generaciones jóvenes reclaman, con razón, que la clase política sea valiente y actúe de una vez para poder alcanzar estos objetivos.» Según Steinmeier, este movimiento juvenil tiene que ser el punto de referencia de las políticas climáticas a nivel mundial. El enorme interés público que ha suscitado abre nuevas y numerosas posibilidades – hasta ahora inimaginables para muchos – que los políticos están obligados a aprovechar.
No se puede subestimar la capacidad de la democracia para actuar
El Presidente de Alemania declaró que era muy consciente de las críticas que había suscitado el paquete sobre el clima, pero que no debía subestimarse la capacidad de la democracia para actuar precisamente ante retos tan grandes como estos. Steinmeier advirtió, sobre todo, del peligro que existe de que los agentes que participan en este debate acaben enfrentados, es decir, que la pasión y la determinación de la gente joven en la calle se contraponga a la supuesta rigidez y lentitud de la política. El proceso democrático, que según el presidente federal está entrando en una fase decisiva de negociación, necesita pasión y determinación, pero también capacidad de diálogo, sentido común y una férrea voluntad de entendimiento.
«Nunca un autoproclamado hombre fuerte será capaz de igualar la fuerza de la democracia.»
En su discurso, Steinmeier desafió a aquellos que quieren cuestionar la democracia a que nombren otra forma de gobierno que tenga la misma fuerza renovadora de la democracia. «Ningún héroe solitario, ningún autócrata ni ningún autoproclamado hombre fuerte será nunca capaz de igualar esta fuerza de la democracia», proclamó Steinmeier. Ningún gabinete de expertos y científicos ni tampoco ningún grupo de investigadores del clima —por muchos que sean sus logros— pueden liberar a la sociedad de los conflictos de intereses y de las dolorosas consideraciones y negociaciones que tiene por delante. Naturalmente, es imprescindible realizar una transición ecológica que refleje los importantes hallazgos de los científicos sobre el clima, pero, como sucede con todos los grandes cambios estructurales, hay personas que se ven mucho más afectadas que otras. Personas que tienen miedo de perder sus puestos de trabajo y que viven en regiones en las que también temen que sus hijos nunca encuentren trabajo. Las preocupaciones de estas personas no se pueden ignorar alegremente, ni tampoco pueden suponer, claro está, un impedimento para adoptar las medidas necesarias para proteger el clima. La protección del clima y del medio ambiente no puede derivar en un enfrentamiento entre los trabajadores de la industria automovilística y aquellos que bloquean las carreteras, entre los agricultores y los conservacionistas, entre los que se pueden permitir pagar un poco más y los que tienen que mirar cada euro. Y es que, según Steinmeier, la protección del clima es un tema medioambiental, pero también social, y las políticas climáticas serán mucho más efectivas cuanta menos gente dejen por el camino.
El jurado alaba el compromiso de los galardonados
En calidad de miembros del jurado encargado de proponer al patronato de la fundación los candidatos designados para el Deutscher Umweltpreis anual, la Prof. Dra. Heidi Foth, directora del Instituto de Ecotoxicología de la Universidad Martin-Luther Halle-Wittenberg, y la Dra. Katharina Reuter, directora ejecutiva de la asociación UnternehmensGrün, repasaron los logros de los ganadores de la edición 2019. Foth alabó el extraordinario trabajo de investigación que está llevando a cabo la Prof. Dra. Ingrid Kögel-Knabner, que con sus novedosos métodos de investigación y con datos muy claros que no admiten ningún tipo de duda ha conseguido situar la protección del suelo en un contexto más amplio y más palpable. Reuter, por su parte, puso en valor los logros conseguidos por Reinhard Schneider en materia de economía sostenible. La Iniciativa de Reciclaje de Werner & Mertz, el diseño de productos más sostenibles para el consumo de masas, la certificación temprana de su empresa conforme a las regulaciones medioambientales de la Unión Europea, el empleo de un porcentaje cada vez mayor de plástico reciclado en la producción de nuevos envases y la temprana adhesión a la iniciativa «Entrepreneurs for Future» son tan solo algunos de los logros que, según Reuter, convencieron al jurado.
Kögel-Knabner: «Un puñado de tierra contiene más organismos vivos que personas hay en este planeta»
Durante la ceremonia de entrega los ganadores tuvieron oportunidad de explicar de nuevo sus posturas a través de los vídeos que se proyectaron y del debate con la moderadora Judith Rakers. Kögel-Knabner explicó que, para hacer frente al cambio climático, los suelos no solo tienen que almacenar carbono, sino que también tienen que ser fértiles para poder alimentar a una población mundial en constante crecimiento. La sociedad todavía no ha comprendido la importancia que tiene el uso del suelo en la protección del clima, afirmó Kögel-Knabner. Y es que «un puñado de tierra contiene más organismos vivos que personas hay en este planeta». Algunos problemas provocados por el cambio climático, como el derretimiento del permafrost en Siberia, parecen problemas de ámbito regional cuando, en realidad, son problemas globales que se deben a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Schneider: «El plástico podría convertirse en uno de los materiales más ecológicos de nuestra era»
Reinhard Schneider, ganador también de esta edición, animó a las empresas a apostar de forma decidida por la sostenibilidad y a asumir la responsabilidad de diseñar propuestas ecológicas atractivas que no obliguen al consumidor a realizar concesiones importantes en otros temas. Según Schneider, hay todavía muchos que no están en condiciones de asumir este reto, pero tienen que saber que es posible superarlo sin renunciar a la protección del medio ambiente. Lo importante, según el empresario, es introducir criterios de sostenibilidad y reciclabilidad desde el mismo momento en el que se concibe el producto. Esto significa, por ejemplo, que no se pueden mezclar diferentes tipos de plástico en el envase de manera que después no se puedan separar. Schneider explicó que, curiosamente, lo paradójico es que el plástico podría ser, en realidad, uno de los materiales más ecológicos de nuestra era si aprendiéramos a utilizarlo bien. Con muy poca energía y prácticamente ninguna pérdida de material, el plástico se podría gestionar en un ciclo cerrado evitando así la generación de residuos.